Manuel Acosta Villafañe

Manuel Acosta Villafañe

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Este catamarqueño de Santa María , fue otro de los “adelantados” en hacer conocer la música nativa en la Capital Federal. Nacido un dos de enero de 1902 en realidad llegó a Buenos Aires en 1924 junto a su hermano Carlos Quintino para estudiar ; en la Facultad de Agronomía uno , en la de Veterinaria el otro. Con ellos trajeron las guitarras: De todo esto  nos cuentan en la  Revista Folklore en la sección “Por la huella que dejaron “ dedicada a Manuel Acosta Villafañe. Sus subtítulos “Catamarca y la Virgen del Valle sus motivos” y “Cumplió en la vida un destino de sembrador”. El artículo apareció en el Nº 6 (23/11/1961) que habla entre otros temas , de sus “regresos” a Catamarca a intentar cultivar la tierra familair, del amor a los niños a quien enseñaba a cantar y bailar, de su enfermedad última y de la creación de su zamba “Adios Catamarca adiós”.

Es curioso en esta página como los “Arrieros de Ambato” se transforman en “Los arroceros de Ambato”   , cuando todo el mundo sabe que en Catamarca no se cultiva el arroz.   

En la Revista Nº 67 (12/5/1964) dedicada “A los Grandes del Folklore” , León Benarós ¡Como no! es el encargado de escribir la semblanza de Manuel Acosta Villafañe.

Lo llama “labrador con alma de Vidala” por su  apego a la tierra y a la música. Evoca el duo que formó Manuel con su hermano y a la Orquesta Calchaqui con quien  desde 1930 recogió tantos éxitos. Vuelve a nombrar a su sobrina Margarita Palacios quien aprendiera mucho de él y a su tema en honor a la virgen “La Flor del cardón” que tuvo el honor de ser interpretada en el Teatro Colón.

La imagen estampa que acompañaba la nota de este Número nos ha servido de portada de la “entrada”

Manuel Acosta Villafañe murió un 7 de diciembre de 1956. Dejo registradas en SADAIC mas de 140  obras.

Estas partituras  pertenecen a dos de sus más conocidas. En la que corresponde a la Vidala del Culampaja esta con su hermano Carlos Quintino cuando se hacían llamar Duo Calchaqui. Pertenece a la prestigiosa Editorial Buccheri y esta editada el 30 de mayo de 1945

Esta es la versión de Eduardo Falú (gracias Adrian Verrua)

https://www.youtube.com/watch?v=rQCp25Kvpt4

y esta la de su sobrina Margarita Palacios

Esta otra partitura pertenece a la hermosa zamba ,registrada en Noviembre de 1952. Dejamos la versión de Los Chalchaleros. Este es el único dato a nuestro alcance ,que indique que tuvo un Conjunto que se llamara “Los Trovadores del Norte”

El tema “Yuyitos del Campo” por el Duo Calchaqui Acosta Villafañe nos llega curiosamente desde Medellin Colombia por gentileza de Guillermo Restrepo

https://www.youtube.com/watch?v=s5j1V9kmmxc&fbclid=IwAR3LAz_L2uRnUuGUPBAfir56ajMLybfP7aqKd1ShhpvLYN6E5_69E1ZUF4g

Un viejo cuaderno de partituras de 1936, es “Melodías Calchaquíes” con las canciones del repertorio del Dúo Calchaquí integrado por los hermanos Acosta Villafañe. Se deja en Pdf descargable 

Duo Calchaqui- Hermanos Acosta Villafañe

Para finalizar, en la Revista Danzas Nativas  del profesor Pedro Berruti, editada promediando la década del 50 en su número 7 ( Enero de 1957) , se  refleja el fallecimiento de Acosta Villafañe en diciembre de 1956. Habían sido dos malos años para el folklore: se alejaron para siempre también sucesivamente;  Julio Argentino Jerez (setiembre 1954) Buenaventura Luna  (Julio 1955), Sergio Villar (Agosto 1956) e Hilario Cuadros (Diciembre 1956) –

Además de una semblanza suya,en el artículo se habla de su sepelio y ,se publican algunos  homenajes :
El de su hermano Carlos Quintino con unos versos que titula “Treinta años”, una elegía de Rafael García Ibáñez y un texto de Ketty Svarzman que tituló “A los que se han ido”

 

Para finalizar los sentidos versos que le dedicó Don Ata y que pueden escucharse por su autor en un recital por Argentinisima Canal 1 y por gentileza de Atahualpa Yupanqui Oficial.

https://www.youtube.com/watch?v=XOkJXVPquk0

Desde el Cerro del Ambato

hasta el Chañi de Jujuy

Manuel llenó con su copla

todo el Valle calchaqui.

 

Manuel anduvo en las carpas

buscándolo al Carnaval

mezclado con el pobrerío

de puro gaucho nomás.

 

Se fue por la cuesta arriba

como quien  buscando el sol.

Qué estrella del alto cielo

le ha” tinquiado” el corazón.

 

En el rincón más oscuro

han de colgar el tambor

que nadie “golpie” su parche

porque se ha muerto el cantor.

 

Por la importancia  del documento  dejamos el fragmento donde Judith de los Ágeles Moreno de Fedeli en su valioso trabajo “El Folklore como Arte Integrador de la Música y la Cultura en Catamarca”  habla acerca de los Hermanos Acosta Villafañe

 

…….Manuel Acosta Villafañe nació a comienzos de  este siglo, en la localidad de San José, Departamento Santa María. Él, junto a su hermano, Carlos Quintino Acosta Villafañe y a un grupo de músicos, guitarreros y cantores, emprende, alrededor de 1926, el camino hacia Buenos Aires con el corazón anheloso de triunfos. La empresa no fue fácil ni sencilla. En aquella época, en la Capital Federal se desconocían las expresiones vernáculas de las distintas regiones del interior del país, y, al principio, el clima era hostil e indiferente. La presencia de los hermanos Acosta Villafañe, junto a otros nombres pioneros de la música nativa, entre ellos: Andrés Chazarreta y Julio Argentino Jerez (ambos provenientes de Santiago del Estero); Artidorio Crecieri, oriundo de Salta y autor de la famosa composición La López Pereyra, Hilario Cuadros, Virgilio Carmona, Carlos Montbrún Ocampo, Buenaventura Luna; Los Hermanos Albarracín y Don José Oyola, este último conocido como el “Padre de La Chaya” de La Rioja, con ellos se inaugura una etapa de trabajosos empeños por llevar, hacer conocer, difundir el canto, la música y la danza folklórica. Todos emprenden desde el interior una histórica marcha de profunda argentinidad. En ellos, el enraizamiento en la tradición, el apego a lo autóctono alcanza no solo la dimensión geográfica o estética, sino auténticamente humana.

Don Manuel y su hermano Carlos reunían en sus personas las virtudes del criollo; vivieron a modo de  los antiguos patriarcas, generosos, hospitalarios, dispuestos a brindarse en  obsequio de la amistad. Don Manuel fue un hombre de gran talla, robusto, de recia estampa. Imponente”cerro vestido de poncho” como lo describían cariñosamente algunos de los integrantes de sus conjuntos. Él y Don Carlos vistieron siempre con honor, la bombacha santamariana, blanca, ampulosa, la corralera y el sombrero de alas grandes, también santamariano.

En Buenos Aires concretaron numerosas actuaciones y se presentaron en emisoras como Splendid, Belgrano, y L. R. 1 Radio El Mundo de Buenos Aires. Cuando su hermano Carlos regresa a Santa María, Don Manuel actuaba siempre como segunda voz, en Radio Municipal con la Orquesta Calchaquí, haciendo dúo con Carlos Gallo, primera voz. Sobre estos contrapuntos, Atuto Mercau Soria, en una semblanza de Don Manuel publicada en la revista Savia Argentina, señala: “Estas grabaciones gustaban una enormidad y una de las principales causas de ese éxito eran los diálogos que mantenía el dúo antes de la interpretación de los temas. Realmente cobraban un singular atractivo por el humor provinciano que derrochaban.”  (13)  Otro dato interesante relacionado con la Orquesta Calchaquí es que su pianista era Napoleón Ábalos, “Machingo”  de los Hermanos Ábalos.

Älvaro Ricardo Caro, “Chachaco”, santamariano y escritor, en su libro titulado Santa María Calchaquina y Yocavil reseña que en ocasión del cincuentenario de la Coronación de Nuestra Señora del Valle, en Abril de 1941, Don Manuel se presento con su hermano Carlos, es decir como el primitivo y auténtico Dúo Calchaquí, en la ciudad capital de la provincia, y entonces, “Catamarca tuvo el gusto de escuchar y ver de frente a sus cantores santamarianos.” (14)

En 1947 y ya instalado en la capital de la provincia, actúa con Los Arrieros del Ambato, conjunto integrado además por “Pebete” Gerván Leguizamón, Juan Ramón Ponce, (aunque nacido en San Juan, radicado en Catamarca desde 1941) y Atuto Mercau Soria, este último, por ese entonces, como el mismo se define “joven catamarqueño sentidor de las cosas de la tierra.” (15)  Después se incorporaron Víctor Quinteros, Aníbal “Turco” Safe y Ramiro Espoz Saavedra, como presentador y glosador. El conjunto se presenta en diferentes localidades del Oeste Catamarqueño y en la provincia de Tucumán.

Un dato significativo en la labor de Manuel Acosta Villafañe en pro del arte nativo es su desempeño en la Dirección del Instituto de la Tradición de Catamarca, en el que se dio a la tarea de rescatar del olvido numerosas expresiones culturales vernáculas.

En cuanto a Don Carlos Quintino Acosta es posible afirmar que su aporte es, además de cuantioso, altamente revelante. “…se entregó con amor durante gran parte de su vida a investigar, componer y ejecutar el folklore regional. Digno es destacar  la riqueza y dulzura de la profusión de sus letras, las que una vez musicalizadas se convirtieron rápidamente en populares temas. Las danzas y coreografías por él creadas: “La taba”, “La danza del Suri”, “La huayrapuca”,  “El adiós”, “La bandera” “El huso”, “El guardamonte”, y “La tirana” constituyeron otro aporte valiosísimo  al arte vernácular.” (16)

Los dos, Carlos y Manuel Acosta Villafañe, son músicos fecundos. Sólo mencionaré algunos títulos. De Carlos Quintino Acosta Villafañe: Tarde Otoñal, (zamba), La cuequita de cuanta (cuéca), El tartanchito (gato), Padre San Roque (misachico), Santamariano y cantor (vidala), Apenitas puntiau (vidala), La canción del pimentonero (canción), La famataqueña (chacarera). De Don Manuel Acosta Villafañe: El chuschín (gato), Amor viejo vale más (tonada), Casavindo (carnavalito), Vidala del Culampajá (vidala), La Flor del Cardón (vidala) una de las mas exitosas y difundidas; Adiós Catamarca, adiós (zamba), Zambita pa` Valle Viejo (zamba), “Comodoro Rivadavia”, Recuerdos de Choya (tonada), El borrachito (bailecito), La fuerteña (cuéca), La usapuca (chacarera), Ña` Tomasa (gato), Noches de Catamarca (zamba), Catamarca (zamba) con letra de José Ramón Luna. Esta última comienza: “Catamarca tiene un valle / Pa` juntar oro de sol / Estrellitas por la noche / Pa` los que sufren de amor”, estrofas en las que el paisaje entrañable es presentado en pocos pero certeros trazos.

Son numerosas las poesías  y las letras de canciones escritas en homenaje a Manuel y Carlos Acosta Villafañe, de ellas dos voces poéticas santamarianas que trasuntan una vibración emotiva particular. Para nombrarlo Don Carlos, de Luis Enrique “Titaquín” Maturano, estos fragmentos. “Para nombrarlo Don Carlos, se hace Quintino mi boca y se vitaliza el Acosta, cuando yo salgo a buscarlo… y lo encuentro cada día, a cada instante, en cada ráfaga de viento, en cada estrella que se asombra al disponer de tanto cielo….esta presente en la magia trasnochada del corazón serenatero… Usted habita en la copla solitaria y en la alegre reunión” (17)

Dedicada a Manuel Acosta Villafañe, estas estrofas de ¡El Tata vive! De Napoleón Andrónico Colque, “Tumuñuco santamariano”: “El tata Manuel no ha muerto /… vive en la flor del cardón / en ecos de las bagualas, / con su mensaje de ancestro / de raza triste olvidada /…Vive en las noches alegres / de nativas cacharpayas,  como un duende que reanima / envuelto en sopor de parras.”  (18)

13 M. Acosta Villafañe, voz y canto del Valle Calchaquí, por A. Mercau Soria. Revista Savia Argentina, Año I nº 3 05-87.

14Santa María Calchaquina y Yocavil (Catamarca), Álvaro Ricardo Caro, Santiago del Estero, 1994. página  147.

15M. Acosta Villafañe, Voz y Canto del Valle Calchaquí, A. Mercau Soria, Revista Savia Argentina, Año I, nº 3, 05-87.

16Santa María Calchaquina y Yocavil (Catamarca), Álvaro Ricardo Caro, Santiago del Estero, 1994. página  144.

17En A la Memoria del Canto, plaqueta literaria, Santa María, 04-03-1995.

18En Hilvanando sueños catamarqueños. Poemas. Napoleón Andrónico    Colque, Santa María, Ipta El Calchaquí, 99, p. 74